Una de las cosas que más me gustan es el lore especulativo. Considero que hay una buena base de historia sobre la que imaginar mil posibles sucesos.
Recientemente, Burroughs me ha pasado una lectura, como poco, interesantísima. Cataclysm or Catalyst?
Él se está currando una traducción decente, mientras, yo le robo algo de protagonismo y lo analizo por mi parte.
Para los que no estén muy puestos en la lengua de Shakespeare, a grandes rasgos dice lo siguiente:
«Los Titanes encerraron, ya que no pudieron matar sin sacrificar Azeroth, a los Dioses Antiguos. Desconociéndose el número exacto de ellos, podemos suponer que sólo existen aquellos de los que hemos oído hablar.
Calculando surgen cuatro Dioses Antiguos, C’thun, enterrado en Silithus. Yogg-Saron, encerrado en Ulduar. El que está empalado por la Espada del Maestro, en Costa Oscura. Y la presencia maligna que los elfos nobles sentían en Quel’Thalas.
Si situamos unas marcas de posición en el mapa, se empieza a ver un patrón, dos en Kalimdor, uno en Northrend, uno al norte de los Reinos del Este… espera, ¿no faltaría un quinto al sur de los Reinos del Este?
Éste es uno de los puntos principales de la especulación: Bosque del Ocaso. Humanos enloquecidos, misteriosos jinetes, una nueva maldición ferocanis, un aura de maldad en general que cubre todo el bosque… por no hablar del volcán en cuyo apagado cráter se haya uno de los portales al Sueño Esmeralda, lugar en el que también parece existir la corrupción de los Dioses Antiguos.
Imaginando que, efectivamente, hubiera un Dios Antiguo oculto bajo el Bosque del Ocaso, en el mapa surgiría un pentagrama, un pentagrama que señala a la Vorágine.
Sin entrar en ese tema, el autor pasa a especular sobre la posible relación entre la cantidad de Aspectos Dragones y la cantidad de Dioses Antiguos… ¿son los Aspectos los vigilantes de las prisiones? Neltharion, Alamuerte, enloqueció por las voces de uno de ellos, ¿podría ser que fuera durante su «guardia»? Todo lo que hicieron Alamuerte y Azshara: diezmar al vuelo azul (enloqueciendo a Malygos… ¿otro guardián menos para estos siniestros presos?), partir el mundo en dos (dañando así las prisiones de estos seres y enfureciendo a los elementos, recordemos, dominados por los Dioses Elementales, tenientes de los propios Dioses Antiguos), el propio Cataclismo… ¿puede todo esto, todo lo realmente malo que sucede en Azeroth (lo de Arthas, si miráis bien, es un potencial peligro, pero que cortamos de raiz, evitando una invasión de la plaga, destruyéndolo en su propia casa) ser tan sólo un plan de fuga para los seres que, si bien fueron derrotados en su momento, no pudieron ser aniquilados (lo que, para seres inmortales, sería una victoria a largo plazo)?»
La idea de que todo lo que ha sucedido en torno a Alamuerte, incluyendo su inicial derrota, de que hasta la destrucción del Pozo de la Eternidad y de que… todo, bueno o malo en su momento, bueno o malo aparentemente, sea, en realidad, parte de un único plan que está saliendo bien… es magistral. Sería coger los cientos de puzzles que forman la historia de Warcraft y unirlos en un único punto, un enorme puzzle… que encaja.
El vuelo negro fuera de combate con un líder, el Aspecto más poderoso desde que utilizó el Alma de Demonio, al servicio directo de los Dioses Antiguos.
El vuelo azul diezmado y con su líder muerto (la batalla de Malygos sería, según el lore, mucho más difícil que la de Yogg-Saron, pues el dragón era el guardián de los guardianes de Ulduar.
Alexstrasza preocupada por cosas mucho más importantes que la plaga, y no parece que su preocupación tampoco fuera Malygos.
Yshera encerrada en su propio Sueño Esmeralda, acechada por un ser conocido como La Pesadilla.
Nozdormu combatiendo al Vuelo Infinito (o dirigiendo ambos bandos en distintas épocas, según algunas especulaciones).
Todo parece apuntar a que los Aspectos Dragones, principales vigilantes de Azeroth, tienen serios problemas para cumplir su vigilancia. Mientras tanto, los vigilantes menores caen bajo el influjo de aquello cuya vigilancia es el motivo de su existencia.
Y a tí te preocupa que la Horda siempre gane en Grito de Guerra, ¿verdad?
Algo que a mí se me ha ocurrido a partir de la idea de unir los puntos en los que se encuentran encerrados los Dioses Antiguos, es que, como seres gigantescos (La saronita, que está por casi todo Rasganorte, es parte de Yogg-Saron. Probablemente el torio también tenga relación con C’thun) que cubren grandes regiones del mundo, el punto de unión, lo que ahora está libre de tierra, lo que ahora se encuentra bajo una tormenta de energías caóticas y, por tanto, lo que ahora sería una muy mala prisión para seres de puro caos; sea, en realidad, el punto en que convergen los cuerpos de los cinco Dioses Antiguos, un punto en el que se podría descubrir que son, en realidad, trozos de un mismo y gigantesco ser, arraigado en lo más profundo del mundo, un parásito que no podría ser extraído sin destruir, no sólo la vida en Azeroth, sino Azeroth en sí. EL Dios Antiguo.
Esta teoría tendría una ventaja que, a su vez, sería una desventaja: Los Titanes vencieron, no sin esfuerzo, a estas diferentes partes de lo que, especulo, es un único ser. Lo que significaría que su total, lo que se pudiera hallar en el centro de la Vorágine, sería mucho más poderoso que cualquier Titán. Esto nos deja un enemigo importante, el más importante. Esa es la ventaja, a nivel de lore. La desventaja es que esto desbancaría a Sargeras como villano final, pues, aunque corrupto y muy poderoso, no deja de ser un Titán. Y no me gustaría que se banalizara la figura de Sargeras.
¿Véis por qué me gusta tanto el lore especulativo?